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¿POR QUÉ ES TAN CORTA LA CARRERA DE UN MASAJISTA PROFESIONAL?

Actualizado: 15 dic 2024

Cómo evitar el desgaste de los masajistas

Imagen Freepik


Las estadísticas varían, y no en todos los países se llevan registros estrictos, pero tanto estudios formales (principalmente en EEUU y Europa), como información anecdótica de terapeutas en diferentes países, se estima que la carrera promedio de un masajista profesional dura entre 6 y 8 años.

 

¡No hay duda de que se trata de una estadística muy deprimente! Al observar esta cifra, es fácil llegar a la conclusión de que, después de pagar la formación, el equipo y dedicar tiempo y energía, una carrera en la industria del masaje no sería una gran inversión.

 

Por supuesto que hay muchos terapeutas que logran mantener una carrera más larga, incluso durante décadas, pero es un hecho también que el nivel de desgaste y fatiga que experimentan quienes se dedican a este oficio, es uno de los más altos entre las diferentes ocupaciones de la industria del bienestar, y asocia altos riesgos de salud ocupacional y deserción laboral prematura.

 

Este artículo revisa las principales razones por las cuales los masajistas se ‘queman’ (termino equivalente al inglés ‘burn out’, que se conoce técnicamente como “síndrome de desgaste profesional” o “síndrome del trabajador quemado”). Así mismo, te ofrece estrategias específicas para asegurarte una carrera larga y plena en la industria del masaje.

 

¿Por qué se ‘queman’ tantos terapeutas de masaje?

 

El desgaste profesional se define como “el colapso físico y mental causado por el exceso de trabajo”, “la fatiga, frustración o apatía que resulta del estrés prolongado o la actividad intensa”.

 

Una carrera como terapeuta de masaje puede ser extremadamente gratificante, no solo en términos de lo que ofreces a tus clientes, sino también por la libertad que te permite, tanto en términos de flexibilidad de horario, como de la posibilidad de trabajar desde casa y fijar las condiciones de tus servicios.

 

Sin embargo, implica también desafíos importantes. Uno de los temas que surgen regularmente cuando se evalúa por qué los masajistas abandonan su carrera de manera prematura, es el nivel de desgaste.

 

El masaje no solo es una profesión físicamente exigente, sino que genera un alto desgaste a nivel mental y energético. Durante una sesión, estamos utilizando nuestro cuerpo para liberar el tejido muscular de otra persona: las manos, los brazos, las piernas, la espalda... ¡literalmente todo nuestro cuerpo está involucrado! Y de ahí no solo el riesgo de fatiga sino de lesiones físicas.

 

Es también común llegar a experimentar en ciertos momentos, un cierto apego mental y energético hacia algunos de nuestros clientes. Después de todo, esa persona recibe toda nuestra atención durante 30 - 90 (+) minutos, y aun cuando pongamos límites ‘saludables’, es algo que inevitablemente puede llegar a ocurrir.

 

Entonces, ¿cómo puedes cuidarte y prolongar tu carrera en terapia de masaje?

 

El primer y más crucial paso es cuidar la mecánica corporal, es decir, la ergonomía de las posiciones que utilizas a la hora de dar masaje.

 

Hay muchos cursos que promueven tanto técnicas que reducen el uso de las manos y los dedos, como formas de posicionarse de manera adecuada durante las sesiones, algo que puede ayudar sustancialmente a extender tu carrera en masaje.

 

Otra manera de proteger tus manos y evitar lesiones es integrar herramientas en tus tratamientos, como por ejemplo los denominados ‘protectores de pulgares’, piezas plásticas o de madera que permiten reducir la presión en los pulgares a la hora de realizar sesiones de acupresión y terapia de puntos gatillo.

 

Clientes Vampiro

 

¡Nada drena un negocio más que los malos clientes! Establecer límites claros con tus clientes es vital para mantener una carrera saludable. Es muy importante que tengas claridad con quien quieres trabajar y con quien no. Clientes que respeten tus horarios, la tarifa que cobras y el que debas tomarte un tiempo libre para descansar o cuando estés enfermo.

 

Perseguir pagos, responder solicitudes de descuentos o lidiar con comportamientos groseros o abusivos, son tareas que consumen mucho tiempo y energía. Y no solo eso, sino que fácilmente pueden escalar a una situación que ponga fin a tu carrera.

 

¿Te sientes incómodo recibiendo a un cliente en particular?

 

Es normal al inicio de nuestras carreras, que no seamos muy selectivos con los clientes que recibimos, a veces por la necesidad de facturar durante temporadas flojas, o por querer generar una reserva durante las épocas de mayor trabajo.

 

Pero en el proceso es inevitable toparnos con clientes que terminan siendo una pesadilla, los denominados clientes vampiro, aquellos que literalmente drenan tu energía y te desgastan más rápido que cualquier mala postura o esfuerzo repetitivo.

 

Déjame decirte por experiencia propia, que uno de los más grandes placeres que puedes llegar a experimentar durante el proceso de construcción de tu carrera y, posteriormente, en tu práctica regular, es permitirte ‘despedir’ a un mal cliente.

 

No lo dudes ni por un instante, tal vez pierdas un ingreso puntual, pero el nivel de confianza, autovaloración y empoderamiento que desarrollas, lo compensará de sobra. Y te ayudará a desarrollar un mayor nivel de consciencia que, en últimas, terminará atrayendo el tipo de clientes que sí valoran tu trabajo y te ayudan a crecer tu negocio.

 

Organiza tu agenda

 

Como en cualquier negocio o empresa pequeña, es fundamental que los masajistas organicen su tiempo de forma inteligente. Uno de los grandes beneficios de trabajar en nuestro sector es que podemos tener la flexibilidad de adaptar nuestros tratamientos a otros compromisos, como el cuidado de los niños, el cuidado de familiares mayores o incluso las actividades que disfrutamos, como ir al gimnasio o a una clase de baile. En este caso me refiero claro a quienes trabajan de manera independiente.

 

Sin embargo, muchos terapeutas encuentran que su calendario oscila permanentemente entre entre días de mucho trabajo al punto de no dar abasto, y días en que no resulta ningún cliente, lo que los lleva a la frustración, la inseguridad financiera y, finalmente, al agotamiento.

 

En los servicios uno a uno como es el caso del masaje y diferentes ofertas terapéuticas, en los que trabajas con un cliente a la vez y tus ingresos están limitados por el número de horas que te ocupes, tiene mucho más sentido apuntarle a unas pocas sesiones a la semana pero de alto valor, que trabajar muchas horas al día, haciendo sesiones baratas que te consumen todo el tiempo y tu energía. Aparte, descubres rápidamente que no es un ritmo sostenible en el tiempo.

 

Por eso debes ser organizado con tus horarios y la forma como agendas tus sesiones, y debes prepararte lo suficiente como para que tus sesiones realmente te permitan destacarte de lo que hacen los demás terapeutas, no por el precio, sino por el valor terapéutico que le ofrecen a tus clientes. Esto facilitará no sólo que estén dispuestos a agendar con más frecuencia, sino a pagarte más por cada sesión.

 

De esa manera tendrás no solo mejores referencias y más regularidad de clientes, sino tiempo. Tiempo para comer en horarios regulares, para descansar, para ejercitarte, para cuidar de ti y muy importante, tiempo para construir redes de trabajo y realizar actividades de mercadeo. Así es, si quieres salir de ese ciclo de abundancia/escases o tener una generación de ingresos regular, no puedes ignorar la componente de mercadeo.

 

Autocuidado

 

Una de las mayores ironías que experimentamos muchos masajistas, es el no recibir masaje de manera regular. Es fundamental, por diversos motivos, que destinemos tiempo para recibir masaje. Los intercambios de masajes pueden ser una excelente manera de establecer contactos con otros masajistas de tu zona y, al mismo tiempo, cuidarte a ti mismo. Después de todo, es difícil convencer a los clientes de los beneficios del masaje si no practicamos lo que predicamos.

 

De igual manera puedes explorar otras disciplinas que te ayuden a mantener un cierto balance y a liberar la tensión y el cansancio que inevitablemente se acumula en la medida en que atendemos a otras personas. Visita un quiropráctico, un fisioterapeuta, un acupunturista, toma clases de yoga, practica la meditación, ve al gimnasio, a la piscina… tómate tiempo por fuera de tu lugar de trabajo (incluso, y en especial, si trabajas en casa).

 

Actualízate

 

Otro aspecto importante para mantener una carrera gratificante y saludable como terapeuta de masaje, es mantener viva la pasión mediante cursos de formación continua.

 

Esto no solo es importante para mantener actualizadas tus habilidades, y ofrecer más valor a tus clientes con tus sesiones, sino que te ayuda a reavivar la pasión por lo que haces.

 

Plantearte un nuevo desafío es una excelente manera de salir de la rutina, refrescar tu práctica e impresionar a tus clientes, quienes sin duda encontrarán tu entusiasmo contagioso.

 

Aprende/utiliza técnicas que reduzcan el desgaste en tu cuerpo

 

Explorar modalidades que requieran menos presión puede ser una forma de ayudar a prolongar su carrera como masajista. Quedarse únicamente con técnicas de tejido profundo terminará agotándote físicamente mucho más rápido, además no son estrictamente indispensables para ofrecer sesiones de masaje extraordinarias.

 

Algunos terapeutas combinan sus tratamientos con terapias menos exigentes, como sesiones con piedras calientes o tratamientos faciales. De esta manera, mantienen sus agendas llenas sin cargar más esfuerzo en sus cuerpos.

 

Toma tiempo para hacer pausas laborales de manera consciente

 

Tomar descansos regulares en cualquier carrera es crucial para evitar el agotamiento. Este es otro límite importante que se debe establecer con los clientes que, si son razonables, comprenderán plenamente la necesidad que tengas en determinado momento de alejarte y tomar un tiempo de descanso o unas vacaciones.

 

Si notas que estás extremadamente agotado y necesitas un descanso más largo, en lugar de renunciar a la práctica del masaje, considera tomarte unos meses, y tal vez trabajar en otras actividades. Puedes decirle a tus clientes que te ausentarás durante un par de meses para realizar un curso de capacitación, recuperarte de una afección médica o recargar baterías.

 

Y asegúrate de mantener contacto o de ser posible, dejar programados tus próximos tratamientos para cuando regreses. A muchos terapeutas esta técnica les ha permitido salvar su carrera, evitar la deserción prematura, e incluso verse sorprendidos porque todos sus clientes estuvieron dispuestos a esperar, en lugar de tener que ponerse de nuevo en la tarea de encontrar otro terapeuta con el que realmente conecten.

 

Si sientes que te diriges a un punto de no retorno en el que ya no puedes trabajar directamente con los clientes, esto no significa que debas abandonar la industria por completo. Tómate un tiempo para revisar si hay otras formas en las que puedes servir, por ejemplo como instructor o asesorando a centros de masaje, o contratando a otros terapeutas para que trabajen para ti, mientras tú te ocupas de traer nuevos clientes.

 

MASAJE TAILANDÉS AL RESCATE DE TU CARRERA

 

Rápidamente y luego de mi formación como terapeuta de masaje, empecé a enfrentar los problemas asociados al desgaste físico y el riesgo de lesiones que supone el masaje convencional con aceite en camilla.

 

Iba en el camino de la fatiga extrema, el dolor en los pulgares y las manos, la tensión en las muñecas, los antebrazos, el cuello, la espalda baja y la cadera. Para empeorar las cosas, tengo una estatura muy por encima del promedio de los terapeutas de masaje y claramente las camillas, aun las eléctricas, no están diseñadas para terapeutas altos.

 

Pero entonces conocí el Masaje Tailandés, y transformó para siempre mi forma de hacer y recibir masaje. No encuentro otro sistema que esté concebido pensando en la comodidad y la protección del terapeuta, antes incluso que ocuparse del bienestar del cliente.

 

El Masaje Tailandés te enseña primero a moverte mejor para poder mover mejor el cuerpo de otra persona. Te enseña el uso de diferentes partes del cuerpo para evitar la dependencia con las manos y los dedos, y te enseña cómo lograr más con menos utilizando el peso de tu cuerpo en lugar de la fuerza de los músculos. Es el poder del apalancamiento en su máxima expresión.

 

Para muchos, el pasar de la camilla a la colchoneta representa un desafío significativo. Lo cierto es que una vez nos acostumbramos a trabajar de cierta manera con una modalidad de masaje, es difícil cambiar ciertos ‘vicios’ o hábitos, que nos llevan a caer en las mismas prácticas que lastiman nuestro cuerpo, en especial cuando empezamos a sentirnos cansados luego de realizar varias sesiones.

 

Para mí, la práctica regular de disciplinas como el yoga y la calistenia, simplemente facilitaron la transición de manera casi orgánica. Pero aun si no tienes ese tipo de experiencia, el Masaje Tailandés te va conduciendo lentamente a tomar consciencia de la necesidad de mantener coherencia entre el bienestar que le generas a tus clientes, y las acciones que tú mismo emprendes a la hora de cultivar tu propio bienestar.

 

Con el Masaje Tailandés, te acostumbras desde el principio a trabajar involucrando la mecánica de tu cuerpo y el contacto con intención. Puedes estirar tu cuerpo a la par que estiras el cuerpo de tu cliente, de modo que te beneficias del trabajo que realizas, y evitas problemas comunes como pasar mucho tiempo de pie en la misma posición, realizar movimientos repetitivos, adoptar malas posturas, y abusar de tus manos.

 

El Masaje Tailandés te ofrece una manera diferente de alcanzar tus objetivos. Puedes literalmente alcanzar el mismo e incluso mayor nivel de intensidad que con el tejido profundo, pero sin lastimar tus dedos, es en realidad un cambio en las reglas del juego y la experiencia de hacer y recibir un masaje.

 

¿Cuánto tiempo llevas trabajando con masaje? ¿Cómo te proteges a ti mismo y tu carrera?

¡Compártenos tu experiencia, otros terapeutas de seguro se beneficiarán de tus aprendizajes.


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El autor, Esteban Jiménez, es mentor y coach de masajistas, terapeutas holísticos y profesionales del movimiento, que quieren convertir la pasión por el trabajo que hacen en un negocio exitoso y gratificante sin quemarse ni ‘regalarse’ en el proceso. Ha practicado y enseñado Masaje Tailandés por más de 10 años y es el fundador de SKARA Escuela de formación en Masaje Tailandés online.

 
 
 

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