¿ES EL MASAJE TAILANDÉS DOLOROSO?
- Esteban Jiménez Roldán
- 4 jul 2024
- 7 Min. de lectura

¿De dónde viene el mito del dolor en las sesiones de Masaje Tailandés?
Con frecuencia escucho decir que el Masaje Tailandés es doloroso y que las sesiones son siempre muy intensas, incluso a personas que nunca lo han probado.
Sin embargo, al menos en mi experiencia personal y después de trabajar con innumerables clientes durante años, ninguno de ellos se ha quejado de la ‘rudeza’ o de lo doloroso del masaje. Por el contrario, suelen entrar en un maravilloso trance.
La idea de que el Masaje Tailandés es doloroso o muy fuerte, es más bien un mito. Pero vale la pena poner la lupa en este tema, porque es una creencia común, y no en todos los casos infundada.
En este artículo, revisaremos diferentes consideraciones respecto al dolor en las sesiones de Masaje Tailandés. Un conocimiento que resulta esencial para cualquier terapeuta, debido a que en algún momento todos nos enfrentaremos a este ‘problema’ a lo largo de nuestra carrera, y en particular, a la hora de ofrecer nuestros servicios.
¿Por qué muchas personas piensan que el Masaje Tailandés es doloroso?
Una respuesta concreta sería que el Masaje Tailandés sólo es doloroso si el terapeuta no ha desarrollado el suficiente nivel de sensibilidad al tocar.
Sin embargo, vale la pena ahondar en esta respuesta porque cuando se trata de dolor, siempre hay más de una perspectiva por analizar.
Lo primero, sería decir que estrictamente una sesión de Masaje Tailandés sí puede llegar a doler. Pero calma, con esto no estoy contradiciendo las afirmaciones previas. A lo que me refiero es que realmente depende de algunos factores, incluyendo por supuesto el nivel de sensibilidad del terapeuta como mencioné antes, pero también otros aspectos como el objetivo de la sesión, las expectativas y las diferencias culturales entre quienes reciben masaje, el estado en el que se encuentra el cuerpo del receptor en el momento de la sesión, y diferencias individuales, como por ejemplo lo que para cada persona es exactamente dolor y a qué lo asocia.
De hecho, hay varios mitos que se tejen alrededor de esto:
Mito #1: “Si no duele, no funciona” (“No Pain, No Gain”)
Hay algunas personas que creen que si no duele, no es terapéutico. La famosa mentalidad del ‘No Pain, No Gain’, tan arraigada en el mundo del acondicionamiento físico.
Sin embargo, en el Masaje Tailandés, el objetivo siempre es aliviar dolor, no generar más. Difícilmente una persona llegará a relajarse y descansar durante una sesión, si permanentemente está experimentando dolor.
Mito #2: “Si presionas más duro es mejor”
Una idea en la misma línea del mito anterior, es creer que cuanto más fuerte es la presión, más terapéutico resulta ser el efecto.
Sin embargo, ésta es más una excusa para no prestar atención o no desarrollar más sensibilidad a la hora de tocar.
El Masaje Tailandés no es necesariamente más terapéutico sólo por hacer una presión más fuerte. En algunos casos, una presión más profunda puede ser beneficiosa para el trabajo terapéutico. Pero si el presionar con más fuerza provoca que el cliente se resista y se ponga tenso, entonces se revierte el propósito inicial.
Mito #3: “Así es como se realiza el verdadero Masaje Tailandés”
Éste es una especie de autoengaño. Desafortunadamente, hay ciertos terapeutas que tratan de disfrazar su falta de habilidad, experiencia o incluso sensibilidad, afirmando que se supone que el Masaje Tailandés es doloroso.
Esa es una excusa conveniente, pero incorrecta. ¿Por qué?... ¡Porque no es verdad!
Y es algo que ocurre incluso con terapeutas nativos en Tailandia y en el extranjero, que afirman con orgullo que los occidentales no pueden soportar el 'auténtico' Masaje Tailandés, el cual se supone "es muy doloroso".
Pero sigue siendo sólo una excusa para no prestar más atención y desarrollar un mayor nivel de sensibilidad. Si un masajista no está bien entrenado o no ha desarrollado suficiente sensibilidad en sus manos, desde luego que puede causar fácilmente un dolor innecesario.
¿Hay algo de verdad en ‘el mito del dolor’ en el Masaje Tailandés?

Durante una sesión, es normal y aceptable un cierto grado de dolor o incomodidad. Y de nuevo, no te preocupes que no me estoy contradiciendo. Revisemos un poco más desde diferentes ángulos:
Es un hecho que el Masaje Tailandés no es doloroso por naturaleza. Sin embargo, es potencialmente doloroso bajo ciertas condiciones:
Una de las técnicas clave del Masaje Tailandés son los estiramientos asistidos. Si como terapeuta no tienes suficiente sensibilidad y no te comunicas lo suficiente con el cliente, es fácil exagerar y generar estiramientos muy profundos que eventualmente pueden lastimar.
También es común el uso de diferentes partes del cuerpo para realizar masaje, como los codos, las rodillas y los pies. Similar al caso anterior, si no eres muy hábil y sensible, es fácil causar dolor al realizar por ejemplo una presión muy fuerte con el codo.
Desafortunadamente muchos terapeutas de Masaje Tailandés solo han recibido una formación básica y lo único que conocen es una secuencia de técnicas que aplican ‘indiscriminadamente’ a todos sus clientes: la misma sesión para todos.
No han aprendido el verdadero y sutil arte de trabajar intuitivamente con las personas, de escuchar los cuerpos de sus clientes en lugar de simplemente aplicar una serie de técnicas de manera mecánica.
Dolor bueno y dolor malo 😉
Es cierto también que el dolor no siempre es necesariamente algo malo. En Tailandia por ejemplo, existe una expresión que algunos masajistas repiten acompañada de una sonrisa: "¡Dolor bueno!".
El ‘Dolor Bueno’ es un dolor que sólo ocurre durante una manipulación específica, o durante momentos puntuales a lo largo de una sesión. Es dolor en el momento y no un dolor sostenido en el tiempo, un dolor que suele aparecer cuando se trabaja en partes del cuerpo donde hay una tensión o contracción muscular excesiva, y se genera por ejemplo al aplicar acupresión (presión específica, generalmente con los pulgares, las rodillas o los codos) en áreas sensibles del cliente.
Una vez se libera la presión, el dolor desaparece. Si el dolor persiste, es un ‘dolor malo’, lo que significa que has inducido un dolor duradero.
El ‘dolor bueno’ puede ocurrir entre músculos, nervios y tejido conectivo que están tensos, desalineados, superpuestos o formando nudos. Éstas son por definición áreas sensibles y significa que hemos encontrado un área en la que debemos detenernos y trabajar de manera específica.
Los puntos donde ocurre el ‘dolor bueno’ pueden hasta cierto punto equipararse a lo que en la masoterapia occidental se conoce como ‘puntos gatillo’. Esto significa que desde esa localización específica, se irradia dolor a otra zona del cuerpo. De manera que al liberar un punto gatillo también se libera el dolor en esa otra zona.
Un ejemplo típico es la acupresión en la musculatura del cuello, en particular cuando hay mucha tensión acumulada. Según la intensidad con la que se aplique la presión, puede sentirse un dolor que se irradia hacia el oído, el rostro y/o la cabeza.
Diferencias entre el ‘dolor bueno’ y el ‘dolor malo’
No es difícil identificar ambos tipos de dolores, por lo menos no para el receptor. Para el terapeuta en cambio, implica un proceso de comprensión y lectura de las señales que ofrece cada cuerpo durante una sesión de Masaje Tailandés.
Dolor Bueno 😅:
Se siente liberador.
Su intensidad va disminuyendo hasta desparecer.
Puedes llegar a relajarte aun sintiéndolo.
Genera una sensación de alivio.
A veces se conoce también como dolor terapéutico.
Dolor Malo 😫:
Es agudo e intenso.
El cuerpo se tensiona y genera resistencia.
No te deja relajar.
Se siente opresivo y empeora, lo contrario a liberar.
Parece que podría generar lesiones.
El Masaje Tailandés como un arte
Imagen de secondfromthesun0 en Pixabay

El Masaje Tailandés es un arte y una ciencia a la vez. Se considera un arte porque la efectividad de su ejecución depende en buena medida de la maestría del terapeuta, de su habilidad y nivel de intuición al realizarlo. El terapeuta debe conocer la diferencia entre el ‘dolor bueno’ y el ‘dolor malo’, y asegurarse de no causar nunca un dolor intenso.
Desarrollar esta habilidad requiere conocimiento de las técnicas, una práctica regular en el tiempo, un nivel alto de atención y experiencia trabajando con diferentes cuerpos. Se trata de escuchar con las manos en lugar de simplemente “hacer algo con ellas”.
El dolor, quererlo o no, aceptarlo o no, e incluso percibirlo como tal o no, depende en gran medida tanto de las expectativas de los clientes individuales como de las expectativas generales de los clientes en su contexto cultural.
El verdadero ‘dolor bueno’, si es que cabe decirse en estos términos, desaparece después de la liberación, lo que hace que la relajación posterior sea aún mayor.
Darse cuenta de eso es de vital importancia para un terapeuta. Adaptarse a su tipo de clientes, sus expectativas individuales y culturales, y saber cómo lidiar con dolores es primordial para convertirse en un terapeuta exitoso.
Cómo manejar las expectativas y prejuicios de los clientes
En la práctica, es aconsejable que informes a tus clientes nuevos o que no tengan experiencia con el Masaje Tailandés, así como a tus potenciales clientes (estos últimos, sólo si te lo consultan), acerca de la posibilidad de llegar a experimentar ese ‘dolor bueno’ o ‘dolor terapéutico’. Pues si asumen que les causará un dolor duradero, van a sentirse intimidados, tensos e incluso a la defensiva, que es exactamente lo contrario de lo que estás tratando de lograr.
En síntesis, el Masaje Tailandés no es doloroso por naturaleza. En realidad, es posible realizarlo de una manera suave y envolvente, al punto que los clientes literalmente caen en un sueño profundo.
El Masaje Tailandés como arte curativo
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